Los primeros síntomas del Alzheimer suelen asomar cinco años antes de que aparezca la demencia. Se presentan como problemas de memoria, especialmente en lo que hace referencia al almacenamiento de los recuerdos recientes. Y no existe ningún medicamento para tratar a los pacientes en esta fase.
Diez hospitales españoles participan en un ensayo internacional que evalúa la eficacia de un fármaco destinado a atacar la enfermedad en este momento inicial (la llamada fase prodrómica), cuando aún no existe daño neurológico o cognitivo incapacitante y la enfermedad es prácticamente asintomática. Se pretende comprobar si el medicamento es útil para frenar el desarrollo de esta patología neurodegenerativa. Si así fuera, podría emplearse como una especie de vacuna destinada a proteger de la demencia a los enfermos que comienzan a sufrir los primeros síntomas.
Pese al desconocimiento que envuelve a importantes aspectos de la enfermedad