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Tener información sobre el Alzheimer ayuda a los familiares a enfrentarse a la enfermedad

Se habla mucho efectivamente de demencia tipo Alzheimer, especialmente en sus estadios iniciales o intermedios o en el capitulo de prevención o de predicción. Pero, ¿qué ocurre con los pacientes que tienen una demencia avanzada? ¿Hay opciones de mejora en la calidad de vida de estas personas y de sus cuidadores?

El Alzheimer es una enfermedad que afecta al cerebro y afecta a la persona; como tal, en cada paciente puede ser diferente, hay pacientes en los que evoluciona más rápido, otros en los que evoluciona más lento. Hay circunstancias que determinan que esto sea así; en personas jóvenes o con niveles culturales y educativos muy altos, la enfermedad tiende a ir más deprisa. Quizás se deba a que se diagnostica cuando está muy avanzada, ya que este tipo de pacientes suelen tener una reserva para hacer frente a la enfermedad, de manera que empieza a dar síntomas cuando está muy avanzada. En otros pacientes, por sus características genéticas o por sus hábitos de vida saludables, el proceso es más lento.

A la hora de comunicar un diagnostico a la persona o a sus familiares, no basta con decirle que tiene la enfermedad. Hay que hacer un pronóstico, contarlo y avanzarlo para que las personas que cuidan a esos familiares enfermos sepan a qué atenerse y cómo prepararse para el futuro. En las fases avanzadas de la enfermedad, la memoria se pierde totalmente, el lenguaje se empobrece de manera que la persona ya no puede expresarse y el paciente pierde la capacidad de entender. Conforme avanza la enfermedad, se pierden las capacidades básicas como vestirse o saber utilizar un cuchillo.

El tener la información no reduce el dolor pero ayuda a enfrentarse mejor y a aliviar situaciones que, sin información, no podrían solucionarse. Para enfrentarse a los problemas cognitivos y conductuales se utilizan fármacos. Los familiares deben acudir a las asociaciones de pacientes para tener asesoramiento en el cuidado del paciente, asesoramiento jurídico; existen recursos como los centros de día, la asistencia a domicilio, preparar el ingreso en una residencia. Se debe dar información veraz para poder tomar decisiones al final de la vida o cuando se tiene que operar al paciente de alguna otra patología. El neurólogo debe estar cerca de la familia y del enfermo para poder ayudar y asesorar en la toma de decisiones.

Hay un lenguaje, que es el de los sentimientos y de las emociones, que se mantiene durante mucho tiempo a lo largo de la enfermedad. Una persona con Alzheimer avanzado puede no saber cómo se llama su hija o ni siquiera saber que es su hija, pero tiene un sentimiento de familiaridad y siente el cariño.

El Alzheimer le hace a la persona lo contrario que la educación, se van perdiendo funciones intelectuales, mentales y básicas de la misma manera que se adquieren de bebes, a niños, adolescentes o adultos. De la misma manera que a un niño de 2 años, que no habla pero se hace entender, se le puede acercar, a la persona mayor igual; aunque no se les debe tratar como niños.

En las fases avanzadas, los medicamentos para el Alzheimer también funcionan; la memantina, entre otros, se pueden administrar en forma de solución que son más fáciles de administrar. Pero llega un momento en que hay que plantearse si el medicamento aporta beneficios. Llegados a este momento, hay que consensuar si se continua con el medicamento; si al retirarlo, se ve  que funcionaba se puede volver a administrar. En algunos casos, se puede comprobar que ya no surge efecto y no tiene sentido tomar un medicamento que no le hace efecto.

El campo de la investigación está tratando de encontrar moléculas que combatan los mecanismos de la enfermedad.

Fuente: vivirmejor.es

Con la colaboración de