Saber si una persona mayor o con discapacidad se ha tomado hoy la medicación. Controlar si esa persona no ha abierto el frigorífico en todo el día y puede pasarle algo. Detectar caídas en el domicilio. Alertar en caso de incendio, escape de gas o inundación. Son sólo algunas de las prestaciones que ofrecerá, a partir de 2010, el Gobierno de La Rioja gracias a un nuevo modelo de teleasistencia cuyos detalles está ultimando la Consejería de Servicios Sociales.
La implantación de este sistema supondrá una inversión para el Ejecutivo riojano de 5,3 millones de euros hasta 2013. La consejera de Servicios Sociales, Sagrario Loza, destacó que la teleasistencia se dirige a personas que «no son totalmente dependientes y pueden valerse en cierta medida por sí mismas, si se les facilitan los medios adecuados».
En la actualidad, Cruz Roja presta en la región el servicio de teleasistencia, que consiste en tener al beneficiario permanentemente comunicado mediante un dispositivo con un emisor (en colgante con un botón de alarma) que accede por vía telefónica a una centralita donde se recibe esa señal de emergencia y se puede acudir al domicilio de la persona para atenderle con los medios humanos y técnicos necesarios.
Beneficiarios
A fecha 31 de julio de 2009, el número de usuarios de este servicio en La Rioja es de 1.129 personas. De ellas, 766 residen en Logroño. Podrán beneficiarse de la nueva teleasistencia las personas mayores de 60 años en situación de riesgo por su edad o que se encuentran solas, y menores de 60 años con un grado reconocido de dependencia y una minusvalía de, al menos, el 33%. Cuando uno de los requisitos sea tener reconocido algún nivel de dependencia, la teleasistencia deberá incluirse en el Programa Individual de Atención.
Este servicio proporciona atención inmediata 24 horas del día y 365 días al año. Frente a la única modalidad de teleasistencia que se presta ahora (el dispositivo de alarma), el nuevo modelo incluirá la teleasistencia domiciliaria fija y la móvil. Los trabajadores sociales se encargarán de valorar el tipo de dispositivos o sensores que precisa cada usuario.
La fija se prestará en el domicilio del usuario mediante un teléfono que podrá llevar asociados uno o más dispositivos o sensores. Uno de ellos, adaptado a deficiencias sensoriales, permitirá a través de un teclado y una pantalla la comunicación entre el usuario y el centro de atención. Otro dispositivo detectará la falta de movilidad del individuo dentro de la casa. También podrá instalarse un detector de caídas para personas con movilidad deficiente o riesgo de mareos. Se podrá activar automáticamente (cuando la persona deje de estar en posición vertical) o por pulsación del usuario.
Otro sensor se programará para detectar cambios en el uso del sillón o la presión ejercida sobre la cama. También habrá dispositivos para detectar si en un tiempo programado el usuario no ha abierto el frigorífico o el microondas (y así saber que ocurre algo anómalo a la persona). Del mismo modo, se podrá detectar la presencia de humo, fuego, inundaciones o gas, y lanzar una alarma. Por último, un dispositivo avisará al usuario para que tome su medicación y lanzará una alarma al centro de atención si no las toma.
Teleasistencia móvil
La teleasistencia móvil se prestará dentro y fuera del domicilio a través del teléfono móvil (sistema GPS y GSM) o pulseras. Serán muy útiles para casos de demencia o alzheimer con episodios de desorientación espacial.
La prestación de la teleasistencia fija y móvil, «el modelo más completo en una comunidad autónoma», apuntó Loza, pasará a ser gratuita para el usuario, que ahora tenía que cofinanciar el dispositivo según sus posibilidades económicas. El Gobierno regional sacará a concurso público.
Fuente: elcorreodigital.com