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Pronto presentaremos resultados para mejorar el tratamiento del alzhéimer

El responsable del Incyl reclama ayudas para crear un centro de neuroimagen que consolide su liderazgo

El Instituto de Neurociencias de Castilla y León está de estreno. Creado en 1998 y alojado provisionalmente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, acaba de inaugurar oficialmente su nuevo espacio en la capital salmantina. Más de 1.300 metros cuadrados de laboratorios para más de un centenar de investigadores que desarrollan 40 proyectos punteros. Su director, Miguel Merchán, destaca que en breve la sociedad se beneficiará de este ingente trabajo.

-¿Cuál es la relevancia de este instituto para Castilla y León?

-La importancia social se centra en el hecho de que las principales líneas de trabajo están planificadas sobre problemas de salud muy relevantes. Hay grupos trabajando en alzhéimer, en patologías muy prevalentes en sordera y audición o en párkinson. Estamos intentando poner grupos en marcha en enfermedades como la esclerosis múltiple.

-También hay una destacada vertiente tecnológica en el trabajo de los investigadores.

-Es una de las señas distintivas de nuestro trabajo. Hay un componente tecnológico muy importante. Es una parte fundamental porque nos permite un contacto más cercano con las empresas para la transferencia de estos avances.

-¿Qué ha supuesto contar con el nuevo edificio?

-Hay un antes y un después. Ahora tenemos espacios más grandes y mejor estructurados, pero además es un centro de alta tecnología, con instalaciones adecuadas para la docencia o un animalario. Supone una referencia, un lugar donde coinciden todos los investigadores que conviven en espacios y servicios comunes. Además, es un edificio de arquitectura interesante, una seña de identidad.

-Con más de 200.000 afectados por enfermedades neurodegenerativas en Castilla y León, el trabajo sobre el alzhéimer es quizá una de las líneas con más atención.

-Tenemos muchos investigadores centrados en conocer cómo es el mecanismo que desencadena el proceso de neurodegeneración. Además, hay equipos trabajando en neuroprotección, buscando la forma de impedir la muerte de las células, que es una parte muy importante para prevenir esa enfermedad, pero vale para cualquier otra neurodegenerativa. Tenemos un proyecto financiado con 1,5 millones de euros para bloquear ese proceso de muerte celular que tiene una importancia trascendental para retrasar la evolución del cuadro de enfermedades.

-En esta línea se centra una de sus grandes demandas para ampliar la dotación del Incyl, ¿en qué consiste?

-Sería muy interesante ampliar nuestras líneas, cuando haya una mejor situación económica, con la creación de un centro de neuroimagen experimental. Se trata de un proyecto de alta tecnología que consiste en la observación no invasiva del sistema nervioso central en vivo. Esto debería complementarse con un banco de tejidos para estudiar 'post-mortem' los procesos. Ambos avances combinados podrían generar una línea absolutamente de referencia nternacional. Habrá que esperar.

-Otra de las líneas con gran impacto es la relacionada con los problemas de vista y oído. ¿En qué proyectos se está trabajando?

-La patología sensorial es sin duda una de las líneas fuertes del instituto, entre otras cosas porque acapara el 30% de los investigadores. En cuanto a la vista, mantenemos una gran colaboración con el Instituto de Oftalmobiología Aplicada de Valladolid en el estudio de la regeneración la retina. Y en el si tema auditivo, hay unos 30 investigadores dedicados a diversos aspectos de la implantación coclear.

-¿Cuáles pueden ser las principales aplicaciones de este trabajo?

-Estamos analizando aspectos básicos en lesiones de cortex auditiva, y de la plasticidad del cerebro para la disposición de implantes intracerebrales, que es una de las líneas más avanzadas. En el futuro, los implantes en corteza y en el tronco de encéfalo serán uno de los tratamientos más importantes para reparar los problemas auditivos cuando haya una línea de cirugía sencilla. También estamos trabajando en el diagnóstico precoz de la epilepsia.

-¿En qué línea de investigación se prevé un mayor avance en los próximos años?

-Nunca se sabe. Creo que se pueden obtener resultados muy buenos en el estudio del párkinson. También es probable la transferencia en breve de resultados en el freno del alzhéimer y en la línea de dolor donde se está haciendo un gran trabajo. En cuanto a la regeneración de órganos sensoriales, ya tenemos resultados que se han transferido a la industria en la mejora de implantes cocleares y en la regeneración de la retina.

-La situación de crisis, ¿hace más complicado que los avances investigadores lleguen a los pacientes?

-La transferencia tecnológica tiene los mismos inconvenientes que tenía antes de la crisis y algunos añadidos. Hay que hacer un esfuerzo colectivo para economizar y generar los mismos resultados con el mínimo gasto posible, pero hay que mantener al máximo la apuesta por el I+D, como estrategia para la recuperación en el futuro.

-¿Está Castilla y León en una buena situación en este campo?

-En neurociencias pocas comunidades tienen una masa crítica de 150 investigadores trabajando en la misma área. Teniendo en cuenta el número de habitantes, superamos en un mil por cien el número de investigadores en este campo de otras comunidades.

Fuente: nortecastilla.es

Con la colaboración de