Mientras el ritmo de reproducción y crecimiento de la población mundial no esté en correspondencia con las necesidades biológicas y de conservación de la especie, el envejecimiento poblacional emerge como un fenómeno al que hay que prestarle especial atención desde el punto de vista médico, sociológico, psicológico e incluso económico.
Las demencias y específicamente el mal de Alzheimer, en tanto trastorno neurodegenerativo progresivo asociado mayormente a la tercera edad, se perfilan entonces como uno de los aspectos más cruciales en el panorama mundial, teniendo en cuenta que solo en el 2001 eran 24 millones de personas quienes padecían cuadros de demencia y hasta el año pasado la cifra había aumentado a 36 millones, de los cuales el 66 porciento de esos pacientes se encuentra en los países en vías de desarrollo.
Los 11,6 millones de cubanos que habitamos en la Isla disfrutamos de una esperanza de vida elevada —76,7 años en el caso de los hombres y 80,2 años en el caso de las mujeres—. De ellos alrededor de 2 millones 14 mil son adultos mayores, según estadísticas del primer semestre del 2011, lo cual redunda en que los próximos nueve años, el 25 porciento de la población cubana tendrá más de 65 años.
Ante esa realidad, el fortalecimiento de la Atención Primaria de Salud, el incremento de la capacitación del personal de salud para el diagnóstico temprano de las demencias y el Alzheimer, la constante preparación de la familia y el desarrollo de talleres de orientación para los cuidadores de estos pacientes son las principales líneas de trabajo a las que el sistema de salud cubano le da prioridad como parte de la estrategia nacional que desarrolla, afirmó el doctor Juan J. Llibre Rodríguez, director del Centro de Estudios de Alzheimer, durante su intervención en el V Congreso Iberoamericano sobre enfermedad de Alzheimer y la IX Reunión de Asociaciones de Alzheimer de Iberoamérica, celebrado en el Palacio de las Convenciones de La Habana, del 20 al 22 de octubre.
"El acelerado envejecimiento demográfico y la transición en la salud convierten a las demencias en uno de los más serios problemas de la salud para la sociedad cubana, en la que se reportan 130 mil personas enfermas y una tasa elevada de demencia anual de 28 mil nuevos casos. Esta situación puede agravarse, sin una intervención efectiva, hasta el punto de que en el 2040 el número de cubanos con demencia, de 65 años o más, se incremente en 2,5 veces.
"Teniendo en cuenta que en nuestro país la demencia es la primera causa de discapacidad en los adultos mayores y el mayor condicionante para el abandono laboral y el estrés psicológico del conviviente que ejerce el papel de cuidador del enfermo, el conocimiento de los factores de riesgo y las vías para enfrentarlos es vital, no solo para quienes arriban a las edades de 50, 60 años, que comienzan a preocuparse por esta situación, al pensar que se trata de una "enfermedad de viejos", sino para todos", aseguró el doctor Llibre, también presidente de la Sociedad Cubana de Alzheimer.
-¿Podemos prevenir la aparición y posterior evolución de las demencias y sobre todo del mal de Alzheimer?
-Por supuesto que sí, si se asumen estilos de vida saludables y se ejerce una adecuada y temprana atención médica. Los factores de riesgo son condicionantes que actúan durante toda la vida, desde el nacimiento de un individuo, que sumados a los factores no modificables como la predisposición genética, la edad y el sexo femenino, incrementan las posibilidades de padecerlo. Por ello, desde edades tempranas debemos reducir su influencia con determinados hábitos de vida.
"El ejercicio físico, la estimulación cognitiva, la constante actividad intelectual y el tratamiento adecuado de la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la obesidad y otras enfermedades crónicas que muchas veces padecemos sin acudir al médico, forma parte de lo que en nuestras manos está para evitar la aparición de estas enfermedades y, en último caso, retardar su evolución.", detalló el especialista.
Sin embargo, agrega, la familia es la piedra angular. Si se conoce que por cada persona aquejada de este mal, al menos dos miembros de su familia son afectados desde el punto de vista económico, psicológico y social, es inminente que ante determinados signos de alarma de un miembro de la familia, como los trastornos reiterados de la memoria, traducidos en el olvido de hábitos y costumbres simples y trastornos conductuales, se acuda rápidamente al médico.
"El Alzheimer es la causa más común de demencia a nivel mundial y aumenta en 4 veces el riesgo de mortalidad en la persona que la padece. Su diagnóstico es fundamentalmente clínico, al que puede arribarse hasta con un 90 porciento de certeza a partir de un correcto interrogatorio médico y de sencillas pruebas de cognición. Aumentar la disponibilidad de los especialistas en la Atención Primaria de Salud, primera puerta de entrada de un paciente y la relacionada con la indicación de medicamentos con efectividad demostrada, es parte de la estrategia nacional que desarrollamos.
"No obstante, podemos suministrarle a un paciente el medicamento más sofisticado, pero si luego la familia desconoce el adecuado cuidado y manejo de estos enfermos, en tanto herramienta terapéutica de más valor hasta el momento y no le propicia un ambiente agradable, de afecto y atenciones, estamos perdiendo la mayor parte de la batalla", concluyó el doctor Llibre.
Fuente: cubahora.cu