El Centro de Día para personas mayores 'Ría de Avilés' celebra sus dos años de apertura con una serie de actos conmemorativos, entre los que se encuentra la conferencia impartida por Carmen Carreño, que se centra en las personas que tienen a su cuidado a enfermos de alzheimer. Para ella son los grandes olvidados, que realizan una labor muy importante en la sociedad.
-¿Cuál es el objetivo de su conferencia?
-El equipo de este centro convive con personas que padecen alzheimer y desde el principio vieron la necesidad de aportar algún apoyo a los familiares que tienen a su cuidado a estos enfermos. La propuesta es darles unas herramientas para recuperar su bienestar. Estas personas llevan muchos años cuidando de un enfermo de alzheimer, han dejado de hacer la vida normal que hacían antes, las actividades de ocio que tenían, en definitiva, hay un desgaste emocional, físico y psíquico tremendo. Ese malestar se va traduciendo en enfermedades debido a que están somatizando mucho malestar y desgaste. El objetivo final es que vayan recuperando el bienestar dentro de la situación tan complicada que es cuidar de un enfermo de alzheimer.
-¿Qué supone para una persona tener a su cargo a un enfermo de alzheimer?
-Se ve afectada toda su vida. Algunos dejan su trabajo para hacerse cargo de esa persona, muchos no lo dejan porque económicamente no sería posible. Cambia el entorno, cambian las relaciones, incluso dentro de la familia, porque tienes menos tiempo y dedicas todo tu tiempo a la persona enferma desatendiendo las relaciones principales con los hijos o con la pareja. Parece que aparcas tu vida para atender a una persona.
-¿Dónde acuden a solicitar ayuda estas personas que cuidan de esta clase de enfermos?
-A las personas cuidadoras de enfermos de alzheimer les proporciona mucha ayuda disponer de un centro de día donde el enfermo viene unas horas, porque así ellos disponen de tiempo para recuperarse, trabajar, o atender otras actividades. También los geriátricos ofrecen ayuda en el sentido de que se pueden hacer cargo por temporadas del enfermo. Desde el SESPA (Servicio de Salud del Principado de Asturias) se ofrecen en algunos centros de salud talleres de atención a las personas cuidadoras para que se hagan conscientes de que el cuidado también tiene un límite y les tratan de enseñar cómo cuidarse para cuidar mejor.
-¿Cuál es el factor común que encuentra entre los cuidadores de enfermos de alzheimer?
-Son personas que manifiestan mucho malestar, presentan ansiedad, tienen el autoestima baja y un desgaste emocional, físico y psíquico tan grande que se manifiesta en síntomas como dolores de cabeza, dolores musculares, lumbalgias o incluso depresión. Por lo general, toman muchos fármacos para tratar todo esto y es una señal de la sobrecarga que tienen debido al cuidado. Por todo esto deben aprender a cuidarse, limitar un poco el cuidado, pedir ayuda, aprender a decir que no, conocerse y poner barreras.
-¿Cree que está reconocido el trabajo que realizan esos cuidadores?
-La familia siempre ha sido el primer prestador de cuidado personal y humano, pero sin embargo ese trabajo es invisible para la sociedad. Creo que ahora con la ley de la dependencia se intenta hacer visible el que haya una persona ahí dedicando su tiempo.
-¿Se le está dando suficiente apoyo, tanto a los enfermos como a las familias?
-Este centro de día, por ejemplo, que lleva funcionando dos años, me ha impresionado por la sensibilidad que tiene todo el equipo porque están muy en contacto con las familias, respondiendo a todas las dudas, dando herramientas para las nuevas situaciones que van surgiendo. Y en la sociedad en general, estas familias disponen de geriátricos, médicos y enfermeras, y las asociaciones de enfermos de alzheimer en las que apoyarse y buscar ayuda. Pero no sé si son suficientes o no.
Fuente: elcomerciodigital.com
