Investigadores del CSIC detienen la muerte neuronal y aumentan la capacidad de cognición en animales afectados. El compuesto se suma a otro desarrollado por científicos británicos
Las neuronas de las personas con alzhéimer sufren un deterioro, hasta ahora imparable, y terminan muriendo. Los medicamentos administrados en la actualidad a los pacientes actúan sobre los síntomas de la enfermedad, pero no sobre su causa. El origen de la enfermedad es muy complejo en su expresión molecular, y por eso es tan difícil acertar con la solución. Sin embargo, una investigación desarrollada por científicos españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha dado un paso más en el camino para frenar el deterioro del cerebro. El estudio, presentado en la Conferencia Internacional sobre Alzhéimer que se celebra estos días en Chicago (EEUU), ha logrado en sus ensayos con ratones transgénicos frenar la muerte neuronal y aumentar la capacidad de cognición.
La enfermedad presenta anomalías en dos proteínas: la beta-amiloide y la Tau. "La primera es capaz de salir fuera de la célula y ser tóxica, mientras que la Tau actúa desde dentro de la células y destruye la neurona", explica Guillermo García Rivas, neurólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, especializado en esta patología. Hasta ahora las investigaciones para luchar contra esta enfermedad se han centrado en la proteína beta-amiloide, ya que parecía más fácil actuar contra ésta, que se encuentra en el exterior de la célula, que no encontrar un principio activo que logre penetrar en el interior. Los estudios desarrollados durante años contra la beta-amiloide no han dado buenos resultados finales en la fase III de los ensayos clínicos, que incluyen amplios grupos de pacientes.
El equipo del CSIC, dirigido por la investigadora del Instituto de Química Médica Ana Martínez, optó por trabajar en la proteína Tau. Desde 2003 han tratado de ver la forma de atacar a la proteína, y los resultados son esperanzadores. La enzima GSK-3 ha sido la clave, ya que mediante ésta se ha conseguido disminuir la fosforilación de la proteína Tau.
Cuando un grupo de fosfatos se asocia a la proteína logra alterar su función y su forma, y al inhibir la enzima GSK-3, se evita la formación de ovillos neurofibrilares y se puede frenar la muerte neuronal. La aparición de los ovillos puede llevar a impedir el flujo axonal, que se encarga de conectar las neuronas. El compuesto del CSIC, denominado NP-12, es nuevo y de una molécula única.
Otro estudio presentado en la conferencia de Chicago, y desarrollado por la Universidad de Aberdeen (Escocia), también ha avanzado en el conocimiento de la proteína Tau, y en un ensayo en fase II con 321 pacientes ha logrado retrasar el deterioro cognitivo en un 80%. Ambas presentaciones suponen una esperanza para una enfermedad cada vez más frecuente y de la que por ahora no hay curación.
Los afectados piden prudencia
Sin embargo, el presidente de la Conferencia Española de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (CEAFA), Emilio Marmaneu, pidió ayer un poco de prudencia, porque ya ha habido muchos anuncios de "fármacos milagro". "Las investigaciones están bien, pero da un cierto miedo, porque se da por hecho que el fármaco va a funcionar y puede ser otra gran decepción, y ya hemos tenido muchas", indica Marmaneu.
El compuesto del CSIC se ha probado por el momento en ratones transgénicos con buenos resultados en eficacia, y en 140 pacientes sanos, jóvenes y adultos, en los que no ha habido efectos adversos con las dosis adecuadas. Antes de final de año, la empresa Neuropharma comenzará a probar el NP-12 en fase II con un centenar de pacientes en España y otros dos países europeos por determinar, y si todo va bien, la fase III -última experimentación antes de comercializar un medicamento- se desarrollará en varios centros con más de 1.000 pacientes a lo largo de 12 a 24 meses, por lo que antes de cinco años no podría estar en el mercado.
Mejorar el diagnóstico
Uno de los retos para lograr disminuir el número de afectados es conseguir un diagnóstico precoz. Marmaneu apunta que un peldaño importante en la escalera contra la enfermedad es determinar un marcador, y que con un análisis simple se pueda conocer si la persona está en las primeras fases de la enfermedad, y así poder detener la muerte neuronal en una fase temprana. "Falta conocer ese marcador y se necesita mucha más investigación", añade.
Ahora la fase clínica será decisiva para saber si el remedio funciona y por ello los investigadores merecerían un Nobel de Medicina, o sólo es un paso más en el abordaje de esta extendida enfermedad.
Ana Martínez, investigadora del CSIC y co-autora del estudio: «Algunos estudios no han tenido éxito por mal diagnóstico»
Ana Martínez, recién llegada de Chicago, se muestra satisfecha con el nivel de la ciencia española y confía en corroborar los resultados de su estudio en los siguientes ensayos.
¿Por qué optó por investigar la proteína Tau?
Hasta ahora todas las investigaciones se centraban en la beta-amiloide y se rechazaban en los estudios en fase III por no dar buenos resultados. En 2003 decidimos empezar a trabajar en la proteína Tau porque creímos que era clave en la causa del alzhéimer. El compuesto NP-12 pertenece a la familia de las tiadiazolidindionas, descubiertas por nuestro equipo, y son los únicos capaces de bloquear la enzima GSK-3.
¿En qué se diferencia este estudio del de la Universidad de Aberdeen?
Ambos trabajamos en evitar la formación de ovillos neurofibrilares. En Aberdeen trabajan en un compuesto conocido desde hace muchos años que se aplicaba en otras patologías, y nosotros hemos desarrollado un compuesto nuevo. Su estudio ya se ha analizado en fase II y el del CSIC comenzará la fase II este año.
¿Se podría llegar a regenerar las neuronas?
El compuesto NP-12 ha demostrado en modelos animales que se puede detener o retrasar la progresión de la muerte neuronal, pero no regenerar.
¿En qué se diferencia este compuesto de los actuales?
Los medicamentos que se administran ahora a los enfermos son paliativos y van dirigidos a los síntomas, pero no frenan el desarrollo de la enfermedad. Ahora ningún fármaco frena el proceso neurodegenerativo.
¿El NP-12 funcionaría en jóvenes y mayores?
Hemos estudiado animales de edades diferentes y es muy eficaz cuando empieza el deterioro cognitivo. El compuesto funciona en ejemplares de más edad, pero es mejor con los más jóvenes. Es el inicio de un largo camino de investigación e inversión para lograr aplicarlo en afectados.
¿Por qué es tan difícil tener un diagnóstico precoz del alzhéimer?
Es una enfermedad difícil de diferenciar de otras demencias, porque se asocia a la edad y a la senectud. En demencias vasculares, por ejemplo, producidas por un microinfarto, los síntomas puede ser parecidos. El diagnóstico se hace en algunos casos con un test, que no es muy certero. La mejor herramienta es el diagnóstico por imagen. Además, la falta de un diagnóstico claro ha llevado a que algunos estudios no hayan tenido éxito porque se han incluido a pacientes demenciados, no con alzhéimer.
Fuente: publico.es