Desde hace dos décadas, Martha Bencomo ha visto cómo el Alzheimer ha acabado con la memoria de su madre. Primero, Justina Perera olvidó la comida en la estufa. Ahora, a los 92 años, no sabe quién es o si tiene hambre.
Bencomo y su hermana han cuidado de su madre a través de los años. Y ambas se preguntan si contraerán Alzheimer como su mamá.
El Alzheimer es la forma más común de demencia en los Estados Unidos. Unas 5.4 millones de personas viven con la enfermedad.
“Mi hermana y yo siempre hemos estado preocupadas. Siempre hemos escuchado que es hereditaria”, explica Bencomo, de 62 años. “Queremos estar seguras si hay algo que podemos hacer.”
Hace alrededor de tres años, las hermanas Bencomo supieron de un nuevo estudio que realizan en el Centro Médico Mount Sinai en Miami Beach. El hospital estaba llevando a cabo un ensayo clínico para probar un nuevo examen que mide la acumulación de placa en el cerebro, conocida como beta-amiloidea y que está asociada con el Alzheimer.
Bencomo, original de Cuba y residente de Boca Raton, decidió participar, a pesar que su familia estaba renuente. “A los hispanos no nos gusta participar en este tipo de cosas. Pero si no lo hacemos, ¿cómo vamos a saber si es bueno o no? Quería saber si se puede prevenir”.
Gracias a este estudio, Bencomo supo que ella no tenía las señales de alerta de Alzheimer.
El estudio obtuvo la aprobación de la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Con esta herramienta diagnóstica se puede hacer una tomografía del cerebro para identificar placas. Las placas se detectan a través del uso de un nuevo agente radioactivo llamado Amyvid. El paciente recibe una inyección de Amyvid, que fluye a través de la corriente sanguínea y se pega a las placas amiloideas. Este agente es muy sensible y aparece en el PET Scan, que es distinto a una tomografía tradicional del cerebro (MRI, por sus siglas en inglés).
El Dr. Ranjan Duara, director médico del Mount Sinai Wien Center para Enfermedad de Alzheimer y Desórdenes de la Memoria, fue el que llevó el estudio al hospital, uno de tres lugares en el país en que se realizó el mismo. Duara explicó que una tomografía positiva no establece por sí sola un diagnóstico de Alzheimer, pero ofrece una nueva herramienta para ayudar a los pacientes a estar alertas en contra de la enfermedad.
“Una tomografía positiva sugiere que esa persona tiene un alto riesgo de desarrollar Alzheimer”, dice Duara. De igual manera un resultado negativo puede eliminar la posibilidad de la enfermedad de Alzheimer. El agente radioactivo, Amyvid, actúa como un indicador. Es similar a otro indicador desarrollado previamente en la Universidad de Pittsburgh, pero es más duradero que el primero.
Desde que el psiquiatra alemán Alois Alzheimer describió la enfermedad por primera vez en 1906, la misma se ha asociado con depósitos en el cerebro. Cuando el Dr. Alzheimer examinó el cerebro de uno de sus pacientes que había muerto, vio unos depósitos que habían manchado el tejido cerebral. “A estas manchas las llamó amiloidea, palabra en latín que significa almidón”, comenta Duara.
Fuente: elnuevoherlad.com