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Neurocrea atenderá también casos de alzheimer y parkinson

El 95% de quienes sufren daño cerebral adquirido mejora con terapia y rehabilitación

El edificio que hace tiempo albergó la Clínica Margolles, en Somió, y muchos más años atrás fue también albergue para 'niños de la guerra' se ha convertido en el primer centro residencial de Asturias y uno de los pocos de España para la atención de personas con daño cerebral adquirido. Aunque lleva abierto poco más de un mes, el nuevo centro de la Fundación Adriana Fernández-Neurocrea fue inaugurado ayer de forma oficial en un acto al que asistió «gustosa» la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso. Le acompañaron los concejales Esperanza Fernández y Jesús Montes Estrada, además del gerente de los Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA), Ángel González, y la subdirectora de Gestión Clínica y Calidad del Sespa, Ana Luz Villarías.

Tras el abierto en La Calzada, en 2005, este es el segundo centro que abre la Fundación Neurocrea, entidad que preside Aurelio Cuesta y dirige María del Mar Rodríguez. La peculiaridad del edificio de Somió estriba en que muchos usuarios (hay 18 plazas residenciales) podrán vivir temporalmente en él mientras reciben tratamiento. Entre sus moradores hay personas que han sufrido un derrame cerebral o que han sido víctimas de un accidente de tráfico. Hay mayores, pero también niños. El paciente más pequeño tiene apenas dos años, explicó ayer el neuropsicólogo Ángel Cuesta.

El nexo común de todos ellos es padecer un daño cerebral no congénito, es decir, sobrevenido.

Mil euros por mes

La novedad del nuevo centro -que, pese a su carácter privado, cuenta con subvenciones del Principado y del Ayuntamiento- es que comenzará a atender casos degenerativos de alzheimer, parkinson y esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El coste de un tratamiento de este tipo ronda los mil euros al mes.

Según datos aportados ayer por la dirección, un 95% de quienes sufren daño cerebral mejora con las terapias de rehabilitación. Se trata, explicó María del Mar Rodríguez, de que cada persona alcance su techo terapéutico y logre convivir con sus limitaciones.

Adriana Fernández, cuyo caso inspiró el nacimiento de la fundación, lo ha logrado. La joven vecina de La Calzada fue atropellada cuando tenía 15 años. «Ahora lleva una vida bastante normalizada», comentaron ayer sus médicos.

Fuente: elcomerciodigital.com

Con la colaboración de