El Centro de Referencia Estatal de Alzheimer (CRE) de Salamanca es un abanderado del uso de terapias no farmacológicas . En este contexto, desde la dirección del CRE y junto con la Fundación Bocalán se apostó por el desarrollo experimental del empleo de perros para motivar a los enfermos.
Se trata de una terapia no farmacológica que está en la misma línea de investigación y tratamiento por la que ha apostado el CRE, según su directora, Maribel Ingelmo. Para las terapias se emplean perros «con mucha empatía» que logran conectar con el enfermos y hacerle revivir experiencias además de motivarle.
La prueba se configuró como un programa piloto cuyos resultados están siendo ahora analizados por los profesionales del CRE y de la Fundación para su posterior implantación en centros, residencias y organismos que trabajen con enfermos de Alzheimer y otras patologías que afectan a la memoria. Durante una semana, en varias sesiones, se realizaron diferentes actividades con perros de raza labrador entrenados previamente como perros lazarillo.
Objetivos específicos
Participaron 18 personas con alzheimer del CRE, en distintos grupos, para los cuales se establecieron objetivos específicos a perseguir con las diferentes actividades programadas. El objetivo principal en este sentido era analizar su respuesta y «sacar conclusiones», además de mejorar con ello la técnica y la terapia.
Las terapias con perros se han desarrollado ya desde la Fundación Bocalán con niños autistas y con víctimas de abusos sexuales y los resultados han sido positivos, como corroboran los especialistas del centro salmantino.
La directora del CRE ha subrayado que no se trata de una terapia alternativa, sino complementaria, a las que ya utilizan los terapeutas del centro y el objetivo fundamental es la motivación del paciente.
En el desarrollo de las sesiones, los terapeutas han logrado que un grupo de enfermos interactúe con los perros a los que colocan diversos objetos para que sean disfrazados por los enfermos, entre otras actividades. Según los expertos, uno de los grandes problemas del Alzheimer y otro tipo de demencias es la frustración que sienten estas personas al ver que no pueden realizar actos sencillos que han estado haciendo toda su vida. Por ello, cuando trabajan con animales «estos pacientes se ríen y vuelven a intentar hacer ejercicios a los que se habían negado antes».
La terapia con perros funciona porque la mayor parte de los enfermos han tenido contacto con los estos animales en su vida anterior y con ellos se cubren carencias afectivas y son un elemento muy válido a nivel terapéutico. En este sentido, Ingelmo ha señalado que el objetivo al que va dirigido esta experiencia es a trabajar la atención, la memoria, la psicomotricidad a corto y medio plazo.
Durante las sesiones con perros, se trabajaron aspectos cognitivos, como la orientación, la memoria y la atención, aspectos físicos y emocionales. Después y tras una primera evaluación por parte de los técnicos del CRE y de la Fundación Bocalán, se ha llegado a la conclusión, según la dirección del centro salmantinos, de que la experiencia piloto «resultó muy positiva tanto para las personas con demencia que participaron, como para los profesionales que intervinieron y colaboraron en estas actividades».
Los usuarios del CRE se mostraban muy receptivos con este tipo de terapia, ya que se trata de una experiencia novedosa, llamativa y agradable, que les permite establecer relación con otros seres vivos, manifestar sus emociones, realizar pequeños entrenamientos de aprendizaje.
Con este proyecto, «se ha demostrado que los animales de compañía, en este caso los perros, constituyen por si mismos una buena terapia para las personas con alzheimer, pero aún más si estos perros están entrenados para participar en ejercicios de aprendizaje, memorísticos, de atención, etc».
Una vez analizados los resultados por los miembros de la Fundación Bocalán y el equipo multidisplinar del CRE, se ha plantea la posibilidad de integrar este tipo de terapia dentro de las intervenciones no farmacológicas que se vienen realizando en el centro de Alzheimer de Salamanca.
Fuente: abc.es