Cesta de la compra

{{#if has_items}}
{{#each line_items}}
{{ full_title }}
{{ quantity }}
{{{ subtotal_human }}}
{{/each}}
Subtotal {{{ subtotal_human }}}
{{#if coupon_name}}
Cupón de descuento {{ coupon_name }} - {{{ coupon_discount_human }}} x
{{/if}} {{#if donation}}
Donación {{{ donation_human }}}
{{/if}}
{{#if shipping_handling_left_for_free}}
(Te quedan {{{ shipping_handling_left_for_free }}} para que el envío sea gratis)
{{/if}}
{{#if tx_okstock}} Envíos en 72h. {{/if}} {{#if delivery_date}} El pedido te llegará el {{ delivery_date_human }} {{/if}}
Total {{{ total_ceafa }}}
{{else}}
Actualmente no tienes nada en la cesta de la compra. Ir a la tienda.
{{/if}}

Maragall presenta sus «Memorias» en un acto sin resentimiento al PSC

A Pasqual Maragall no le mueve el rencor. Lo quiso dejar ayer bien claro durante el acto de presentación de su «Oda inacabada. Memorias», al que acudió la plana mayor del PSC, encabezada por el primer secretario y presidente de la Generalitat, José Montilla. Maragall, muy aplaudido por las 1.500 personas que prácticamente llenaron el Palau de la Música, se mostró bromista y conciliador durante su intervención. Evitó comentarios envenenados hacia los que le dejaron en soledad e incluso aplaudió el buen hacer del nuevo tripartito de Montilla. Arropado por sus amigos y por su familia, el ex presidente de la Generalitat recibió un cálido homenaje en el que tomaron la palabra Francesco Rutelli (ex alcalde de Roma), Narcís Serra (ex vicepresidente del Gobierno y ahora presidente de la Caixa Cataluña) y su hija mayor, Cristina. También se proyectó un vídeo («Querido Pasqual») en el que personalidades como Mario Soares (ex presidente de Portugal), Romano Prodi (ex primer ministro de Italia), Javier Solana (alto responsable de la Política Exterior de la UE) y Odón Elorza (alcalde de San Sebastián) se deshicieron en elogios hacia Maragall. «Un tipo inigualable», decía Elorza. Y así es. El que fuera alcalde olímpico se permitió decenas de improvisaciones durante su intervención, entre ellas algunas dedicadas a su sucesor en la Generalitat, a quien recomendó conducir en coche por la ciudad al igual que lo hace él con un viejo Ford Escort, matrícula PC. «Montilla, lo tienes que hacer», le dijo entre carcajadas. El de ayer no fue, en ningún caso, un acto político. A pesar de que el ex presidente de la Generalitat insistió en ideas como impulsar un Partido Democrático Europeo o desterrar la figura del militante en los partidos - «tendría que haber votantes registrados, no militantes»-, la mayoría del tiempo lo dedicó a agradecimientos a su familia, en especial a su esposa Diana, y a recrearse con comentarios varios sobre ciencia - «la mayoría de los descubrimientos están relacionados con la casualidad»- o sobre el futuro. Pudo verse a un Maragall divertido, con margen incluso para mofarse de la enfermedad que le afecta, el mal de alzheimer. «Me he dejado las gafas, cosas que nos pasan», dijo pocos segundos de subir a la tribuna. Su hija Cristina certificó que no es una actitud infrecuente, que su padre mantiene el frescor y la naturalidad que siempre le ha caracterizado. Cena con amigos «Pasadlo bien, que la vida es corta y la noche es larga», dijo como despedida. Y el público se levantó para darle la enésima ovación. Luego, organizó una cena en un salón del propio Palau de la Música a la que acudieron sus amistades y la plana mayor del PSC, es decir, Montilla, Zaragoza e Iceta. Pelillos a la mar. Maragall, dice, no ve ningún motivo para no ser todo lo feliz que pueda.

Fuente: larazon.es

Con la colaboración de