Los síntomas conductuales tienen una alta prevalencia en la enfermedad de Alzheimer, una realidad que, según los expertos reunidos en el 'Programa de Revisión de la Eficacia contra el Alzheimer' (REC-A), organizado por Novartis, afecta a la calidad de vida del propio paciente y agrava la carga del cuidador.
En concreto, se estima que afectan a entre el 61 y el 92 por ciento de los pacientes de Alzheimer presentan este tipo de síntomas. En palabras del neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña, José Marey, "su presencia empeora la sintomatología cognitiva y funcional, aumenta la mortalidad e institucionalización y, sobre todo, agrava la carga del cuidador".
"Lo ideal es iniciar el tratamiento farmacológico lo antes posible una vez establecido el diagnóstico de la enfermedad, dado que, además de modificar el curso evolutivo, ha demostrado ser útil en el manejo de los síntomas conductuales en un porcentaje importante de pacientes durante un largo periodo de tiempo", añade Marey.
En este sentido, los especialistas reunidos destacan los resultados positivos de numerosos ensayos clínicos. En concreto, los inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE) proporcionan un beneficio significativo y cuantificable en las escalas cognitivas, conductuales y funcionales.
"El beneficio proporcionado con los IACE se mantiene varios años y retrasa la progresión de los síntomas en términos coste-efectividad", asegura el especialista de la Unidad de Demencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Guillermo García Ribas.
La prevalencia de la demencia en España se sitúa en torno al 0,4 por ciento de la población, elevándose hasta el 8 por ciento entre las personas mayores de 65 años, y siendo la causa más común la enfermedad de Alzheimer, en el 60 por ciento de los casos.
Fuente: salut.org