Consumir una taza de café al día podría «proteger» al cerebro de esta enfermedad. Tras una 'comilona' se pueden padecer «picos» de esta grasa nociva en la sangre
Los últimos avances médicos estadounidenses advierten de que tener el colesterol alto puede provocar Alzheimer. Fernando Ortega, médico y profesor de la facultad de Medicina y Odontología de la UPV, trasladó ayer esta nueva noticia acerca de los daños relacionados con el exceso de colesterol en el cuerpo. Ponente en el curso Colesterol, ¿es posible mantenerlo a raya?, celebrado en San Sebastián en el marco de los cursos de verano de la UPV, Ortega adelantó que el colesterol «podría atravesar la barrera entre los vasos sanguíneos y las neuronas del cerebro y actuar sobre ellas provocando la enfermedad». «No como único factor», avanzó, «pero sí como aquél determinante entre los demás».
Sin embargo, el médico bilbaíno relató que se han realizado estudios paralelos al norteamericano que han detectado distintos agentes antioxidantes, como por ejemplo el café, que entorpecen el paso de esa grasa al interior del cerebro y que, por tanto, protegerían de la enfermedad degenerativa. «Una taza de café al día podría evitarla. Quizá porque contiene antioxidante, al igual que el aceite de oliva, los alimentos ricos en omega3...», continuó Ortega.
Bueno o malo
El 6,5% de los vascos padece colesterol elevado, según los datos de la última Encuesta de Salud del País Vasco. Ese es el colesterol «malo», según el profesor de medicina, que explica que de por sí esa grasa es «buena». «Una de sus funciones generales es el almacenamiento de energía para utilizarla en los momentos de ayuno, además la necesitamos para crear vitamina A y B y es la precursora de numerosas hormonas, como las esteroideas, la progesterona o el cortisol», relató.
El colesterol malo es, en cambio, «un exceso del normal, o una mala calidad de éste, que se deposita en las arterias obstruyendo el riego sanguíneo. Son dos colesteroles distintos asociados a rutinas diferentes dentro del cuerpo», prosiguió el profesor. En su opinión, lo saludable sería que «las personas tuvieran 200 miligramos de colesterol». «Es una media, ya que la gente joven debería tener menos», precisó.
La cantidad de esta grasa que navega por el cuerpo no depende, sin embargo, de cada persona. El 30% del colesterol malo obedece a la dieta, y el 70% al metabolismo, bajo pautas genéticas, y a las condiciones personales. Así pues, para evitar sus efectos devastadores hay que actuar sobre el que se recibe a través de la dieta. «Eso se hace quitando la grasa a los cárnicos, la leche, los quesos, los huevos y a las margarinas», concretó Ortega. Además, habría que consumir «aceites», que compiten con el colesterol, y «pescado azul y frutos secos, ricos en omega 3 y 6», añadió.
Tres normas básicas
En definitiva, el médico bilbaíno avisó de que una vez que te diagnostican un nivel elevado de colesterol hay que cumplir con «tres pilares para mantenerlo controlado». Por una parte, se debe prestar atención «a la dieta, en la que, evidentemente, hay que quitar la grasa a la carne, el chorizo, salchichones y derivados». En segundo lugar, «aumentar un poquito el consumo de grasas vegetales -que se contienen en la soja, el lino, el aceite de oliva, girasol y maíz-» y, por último, ingerir «una dosis mínima a la semana de pescados azules». Además, Ortega recalcó los beneficios del ejercicio físico, que «reduce el colesterol malo e incrementa el bueno», y reveló que el alcohol, tan relacionado con calorías huecas y efectos nocivos, «reduce el colesterol en pequeñas dosis, y no únicamente el vino, sino el alcohol en general».
¿Y pueden darse picos de colesterol malo en una persona que, en principio, no lo padece habitualmente? Ortega avisa de que sí. «Tras una boda con una gran comilona, por ejemplo, una persona puede presentar niveles de colesterol malo. Pero este hecho raramente puede ser perjudicial si se mantiene después una alimentación sana, y no significa que ya lo vayas a tener toda la vida», explicó.
El profesor de la UPV dijo también que los hombres tienden a padecer más colesterol que las mujeres, que «suelen cuidarse más, pero cuyo riesgo a sufrirlo se dispara tras la menopausia», alertó. Por último, apuntó que las posibilidades de que un niño que desarrolla este mal a edades tempranas lo siga padeciendo de adulto son «grandísimas».
Fuente: diariovasco.com