El alzhéimer es la forma más común de demencia y el reto está en diferenciarla en las primeras fases para facilitar su diagnóstico
Comunicación en red, colaboración e investigaciones sinérgicas, el futuro del periodismo sanitario y de la relación médico-paciente
El alzhéimer (EA) es la enfermedad que más le cuesta a la sociedad, y actualmente no existe nada en el mercado que prediga quién puede padecerlo. En este momento más de 30 compuestos están en fase de estudio clínico, y el reto es conseguir una terapia personalizada. La dificultad del alzhéimer surge en el momento del diagnóstico, ya que no tenemos las herramientas que nos permitan diferenciar entre los tipos de demencia en las primeras fases de la enfermedad. Así lo han asegurado Javier Sáez Valero, del Instituto de Neurociencias de Alicante, CSIC y Ciberned; y Agustín Ruiz, director de Investigación de la Fundación ACE, en el seminario para prensa, organizado por el Instituto Roche.
Seguimos sin tener las herramientas que nos permiten relacionar las proteínas que actúan como efectores patológicos, pero sí tenemos otras que nos pueden ser muy útiles en el avance de las investigaciones: lo que Agustín Ruiz denominó como "ciencia 2.0". Se trata del trabajo en red, de compartir los conocimientos y de realizar investigaciones sinérgicas.
Por esto, el VIII seminario para periodistas del Instituto Roche une los avances en la investigación de las redes neuronales con otro tema que también provoca ciertos temores en el sector: el periodismo de salud 2.0, o cómo se enfrentan médicos, periodistas y demás profesionales a su proyección en las redes sociales.
"Explorando las conexiones: neurociencias, medios sociales y sanidad 2.0", así es como se ha titulado el seminario anual organizado por el Instituto Roche, que reúne a profesionales del sector sanitario y a periodistas especializados. En el campo de la investigación, Javier Sáez Valero explicó que el alzhéimer es la forma más común de demencia, y que la mayoría de los casos son de carácter esporádico. Estamos hablando de una enfermedad que deteriora, pero como dijo Sáez, "no nos morimos de alzhéimer". Por esto, algunos ensayos se encaminan a la creación de vacunas preventivas, pero los verdaderos retos son controlar la relación entre el péptido A