A corto plazo (unos tres o cuatro años) se podrá disponer de una secuenciación del genoma de cada individuo que permita, además de realizar dietas personalizadas que eviten la obesidad, perfilar las pautas preventivas más adecuadas para impedir enfermedades como las cardiovasculares, varios tumores y otras de tipo degenerativo como el Parkinson o el Alzheimer.
Así lo expuso José María Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tuffs, en Boston, en el 21º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), celebrado la semana pasada en Madrid.
Los últimos meses han sido espectaculares en cuanto al descubrimiento de mutaciones genéticas asociadas a fenotipos para factores de riesgo como los lípidos, la diabetes, etc. Ahora queda entender dichos mecanismos y generar conocimiento aplicado como nuevas terapias y nuevos diagnósticos", explicó este experto.
El propósito a corto plazo de la investigación en materia genética es identificar la mayor parte de las mutaciones relevantes para el riesgo cardiovascular. A partir de ahí, apuntó, los investigadores básicos "deberán tomar esa información, desarrollar estudios moleculares que permitan entender la biología de esos genes y el desarrollo de diagnósticos y nuevas terapias. Y, por su parte, los genéticos volverán a interrogar el genoma con técnicas secuenciadoras de tercera generación a fin de conseguir secuenciar de forma rutinaria a cada individuo".
Si bien las expectativas en materia genética son prometedoras a nivel mundial, "salvo en el caso de pequeñas representaciones, España no se ha subido, de un modo institucional, al primer tren genómico. El problema es que no sabemos si este tren parará en alguna estación en la que podamos montar o cuándo saldrá otro tren", apostilló Ordovás.
Epigenética
En lo que se refiere a la epigenética (interacción entre la genética y el ambiente), Manel Esteller, director del Laboratorio de Epigenética del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, de Madrid, recordó que "cuando se descubrieron los oncogenes, hace 25 años, se pensó que ya se había descubierto la causa del cáncer. Después se vio que no era así, ya que los genes y sus mutaciones son sólo parte de la historia del cáncer. La otra parte es lo que llamamos cambios epigenéticos, que se deben a modificaciones que se producen a lo largo de la vida de nuestros genes por el ambiente".
Además de en oncología, en estos momentos, es posible conocer algunas alteraciones epigenéticas asociadas a enfermedades neurodegerativas y a la enfermedad cardiovascular. En este último caso, explicó Esteller, "en la formación de la placa de ateroma se han identificado algunas alteraciones concretas relacionadas con dietas bajas en folatos y en vitamina B6 y B12 que provocan una pérdida de metilación del ADN y se asocian, por tanto, a un mayor riesgo cardiovascular.
Otras variantes genéticas como la Mthfr son también responsables de un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y existen otras lesiones relacionadas con la modificación de las histonas (proteínas alrededor de las que se enrolla el ADN) que pueden estar provocadas por elevados niveles de LDL o VLDL".
Para cualquier bolsillo
La secuenciación del genoma al alcance de todos los bolsillos está cada día más cerca. Y es que, según comentó José María Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tuffs, en Boston, en el 21º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), celebrado la semana pasada en Madrid, "en menos de diez años se podrá disponer de una secuenciación del genoma por unos mil dólares".
Ordovás apuntó que esto es posible gracias a los avances de los últimos años y a que se ha ganado en rapidez. Sin embargo, este experto no ve factible que un individuo se entere de todos sus factores de riesgo ya que esta información puede hacer que se desencadenen patologías como la ansiedad o la depresión".
Fuente: correofarmaceutico.com