Juan Cotino, Conseller de Bienestar Social pide al Ejecutivo de Zapatero que se replantee la aplicación de la nueva normativa y que escuche a las comunidades autónomas para buscar "una fórmula real de financiación".
Su relación con el campo y la agricultura queda patente en la Conselleria de Bienestar Social. Una máquina para exprimir naranjas preside la sala de estar de su gabinete, y un centro lleno de fruta, la mesa de centro de su despacho. Para humanizar la estancia lo ha llenado de fotos, en las que se puede ver a Juan Cotino con el Papa, con Camps, con Rajoy o con la reina Sofía, entre otras imágenes. La ley de Dependencia y el pulso con el Gobierno por su financiación es uno de los principales retos a los que se enfrenta en el inicio de la legislatura.
- Conciliar la vida laboral con la familiar es casi imposible para muchas personas. ¿Qué propone el Consell?
Uno de los objetivos es impulsar nuevas ideas para la conciliación, desde una posible flexibilidad horaria hasta una especie de compensación como el paro cuando se tiene un hijo. - En el programa electoral se ofrecían ayudas en este sentido.
Hay que impulsar las guarderías. Un acuerdo entre distintas consellerias ofrecerá ayudas para niños entre cero y tres años. Tendremos en breve una reunión para tratarlo, pues está previsto en el Plan de Prioridades Sociales, que aglutina esfuerzos de distintas consellerias. - Ocupa el cargo de vicepresidente social. ¿Qué significa?
El presidente Camps quiso que hubiera un vicepresidente social cuya finalidad es coordinar las políticas sociales de cada conselleria para sumar en la misma dirección y ser más eficaces. De ahí nace el Plan de Prioridades Sociales para los próximos cinco años. El eje de la política social ya está trazado, hemos puesto en marcha una nueva realidad de coordinación con políticas transversales que involucran al 90% de las consellerias. En total suma 411 medidas. Además de incluir programas sanitarios y de educación, que utilizamos casi todos, cuenta con programas de turismo con finalidad social, programas de agricultura de desarrollo rural o iniciativas culturales para personas con discapacidad, por ejemplo. Mientras nosotros trabajamos en esta línea, el Gobierno disuelve el Ministerio de Asuntos Sociales y lo integra en Educación y Deporte. Resulta llamativo. - ¿Cuándo se concretará el plan?
El viernes se firmará el primer acuerdo formal del Plan de Prioridades para impulsar la tarjeta de familia numerosa. - ¿La ley de Dependencia es un quebradero de cabeza?
Para toda España, y el Gobierno lo tiene que reconocer. He recorrido varias comunidades y la conclusión es que filosóficamente es una ley buena, pero el Gobierno quiso que fuese electoral. Creó unas expectativas que son difíciles de cumplir en plazos y a la vez no ha previsto con seriedad cómo se financiará esta ley en el futuro. - Las voces críticas aseguran que no se está haciendo todo lo posible.
En la Comunitat 224.000 personas tienen alguna atención entre mayores y discapacitados. De estas, en el Sistema Valenciano de Atención a las Personas con Dependencia hay 16.988 que son grandes dependientes. El problema es que a todos no les podemos atender desde el primer día, después de que el Gobierno haya hecho una ley tan enrevesada, pues es complicadísimo su cumplimiento. Además, no envía los suficientes recursos para poder ponerla en marcha. Esto no quiere decir que no tengamos un compromiso con nuestras personas y mayores. Ahí están los hechos. En el último año, cada diez días se ha abierto una residencia o centro de día en la Comunitat. Y hemos mandado a 3.969 personas con algún grado de dependencia a esas residencias. No ha habido ninguna comunidad que haya mandado a centros especiales a tantas personas. Esto está haciéndose. No es que las ayudas sociales hayan aparecido el día en que Zapatero hizo una ley de campaña electoral y no la dotó de recursos. - ¿El problema es de financiación?
Lo que el Gobierno tiene previsto es que haya un mínimo. Luego se hace el convenio, y aún no está encima de la mesa ni el borrador. No debe dar un mínimo ni una cuantía acordada, tiene que ser una única cifra. Las comunidades autónomas no pueden estar pendientes de si caen en gracia o no caen en gracia. Los fondos que se destinan para atender a estas personas deben estar asegurados. No pueden depender de si el Gobierno tiene crisis o no la tiene. Hay que buscar una fórmula real de financiación para que deje de ser una ley electoral y sea una realidad social. El Gobierno tiene que escucharnos a las comunidades para replantearnos como se aplica esa ley. Estamos atendiendo a las personas en diferentes programas. Eso supone 350 millones de euros del presupuesto de la Generalitat. Muchos son grandes dependientes, pero el resto no lo son, pero no podemos sacarlos de los programas. De cada cien euros que pone la Generalitat, el Estado sólo aporta cinco, como pasó el año pasado. Esta ley es buena para las personas que lo necesitan y el PP la apoyó, pero el Gobierno no ha creado ni las infraestructuras para su cumplimiento ni la ha dotado de fondos de seguridad de futuro. - El Consell tiene transferida la competencia en cuanto a Bienestar Social. Parece lógico que la autonomía asuma el peso de la financiación de la ley.
Las competencias vienen con fondos. Quien tiene la capacidad recaudatoria es el Estado. Por lo tanto, debe compensar a las comunidades autónomas por aquellos servicios que se realizan. Por ejemplo, en esta Comunitat hay un millón de habitantes más que gastan ambulatorios, medicamentos, hospitales o colegios, y el Estado no nos transfiere el dinero para pagar esos servicios. Este es el agravio comparativo de fondo. Nos parece muy bien la ley de Dependencia, pero tiene que disponer de recursos. - Una de las dificultades de la normativa es la fase administrativa.
El sistema de evaluación es enrevesado y hay muchas peticiones. Desde que una persona hace una solicitud hasta que se elabora el plan de atención individualizada se dan 32 pasos. El Gobierno de la Generalitat dedica cerca de 400 personas a trabajar en la aplicación de la Ley de Dependencia. El ratio de personas por habitante aquí es más alto que en Aragón y similar al de Cataluña. - Una familia de Valencia tiene a su cargo a la madre con alzhéimer y a un hijo con síndrome de down y otras complicaciones. Aún no reciben ayudas. ¿Cómo se les explican estas dificultades?
El evaluador llegará, lo evaluará y le dará el recurso. Estoy con la gente que está sufriendo, pero para poder atenderles necesito recursos. Los ciudadanos que están sufriendo no saben el color de la administración de donde viene el dinero. Madrid recauda y debe reinvertir en la Comunitat para que podamos atender a esa familia, y a todas. - Anunció la creación de una residencia para que padres e hijos dependientes pudieran estar juntos. ¿Hay alguna prevista?
Ya hay una residencia que está en Picassent. Se ha visitado recientemente y estamos estudiando un acuerdo de colaboración. Tiene habitaciones tipo bungalow que pueden tener dos estancias y mini cocina, con salas de estar y comedor para compartir. Esperemos ponerla en marcha en un plazo breve de tiempo, si hay gente que la pide. - ¿Qué papel juegan los mayores en la estrategia de la Conselleria?
En la Comunitat hay 850.000 personas que tienen más de 65 años. Algunos necesitan unas ayudas, pero la inmensa mayoría no las necesita desde la dependencia, sino desde actividades de ámbito cultural o de ocio. Uno de los temas que vamos a impulsar y aprobaremos esta semana en Alicante es el plan Viu la Comunitat, dedicado a mayores y a personas con discapacidad. La finalidad es que puedan realizar actividades de cultura, ocio y excursionismo. Hay otros programas, como el de termalismo o vacaciones sociales. - ¿Qué se puede hacer para atajar la violencia escolar?
Es un problema para ocuparse. Desde la educación hay que buscar la mejora, pero lo que más contribuye al futuro de los hijos es la familia. - ¿Qué hace Juan Cotino cuando se quita el traje de conseller?
Soy agricultor, que es mi profesión base. Una de las cosas que hago es ver los campos. Es parte de mi ocupación de fin de semana. También me gusta conocer la Comunitat. - ¿Consigue desconectar?
Eso intento, pero es difícil.
Fuente: lasprovincias.es
