Cesta de la compra

{{#if has_items}}
{{#each line_items}}
{{ full_title }}
{{ quantity }}
{{{ subtotal_human }}}
{{/each}}
Subtotal {{{ subtotal_human }}}
{{#if coupon_name}}
Cupón de descuento {{ coupon_name }} - {{{ coupon_discount_human }}} x
{{/if}} {{#if donation}}
Donación {{{ donation_human }}}
{{/if}}
{{#if shipping_handling_left_for_free}}
(Te quedan {{{ shipping_handling_left_for_free }}} para que el envío sea gratis)
{{/if}}
{{#if tx_okstock}} Envíos en 72h. {{/if}} {{#if delivery_date}} El pedido te llegará el {{ delivery_date_human }} {{/if}}
Total {{{ total_ceafa }}}
{{else}}
Actualmente no tienes nada en la cesta de la compra. Ir a la tienda.
{{/if}}

La Ley de Dependencia

Ante la evidencia de que ha sido la contestación social la que realmente ha conseguido que el Gobierno del PP dé marcha atrás en su decisión de suprimir los 400 euros que perciben los parados que han agotado las prestaciones, a uno se le ocurre pensar que por qué razón esa presión no se ha dejado sentir en el caso de la Ley de Dependencia. Entre unos y otros la están dejando morir.

Hay algo en la Ley de Dependencia que la acerca a los postulados cristianos y morales de todo humanismo que se precie: su puesta en marcha sirvió para favorecer a los seres humanos que más sufren. Como han dicho algunos, es una ley de raíces evangélicas. Los recortes, hechos al margen de la piedad, sin tener en cuenta las leyes del corazón

Con la colaboración de