Gurutz Linazasoro, neurólogo en Inbiomed, se mueve entre la «fascinación» por la complejidad del cerebro y el «vértigo» que le sobreviene al pensar que «el día que lleguemos a conocer al 100% cómo funciona, seremos capaces de hacer muchas cosas buenas, pero también malas».
-¿Es cierto que usamos sólo el 10% del cerebro o es un mito?
-Es un mito total. Viene de la época en la que se empezaron a hacer electroencefalogramas. Detectaban actividad en el 10% de las zonas donde se colocaban los electrodos. Hoy se sabe que funciona al 100% cada vez que hacemos cualquier cosa.
-¿A los neurólogos les queda mucho por conocer sobre el funcionamiento del cerebro?
-Muchísimo. Se da una paradoja muy interesante. El ser humano es la única especie que tiene un órgano llamado cerebro que se ocupa de intentar desentrañar cómo funciona ese mismo órgano. Y en este siglo XXI nos hemos propuesto entender cómo funciona. El tema clave es que es tan extremadamente complejo que muchas veces tiendo a pensar que no va a ser posible que lleguemos a conocer cómo funciona. Pienso que, hasta cierto punto, es un mecanismo de defensa que tiene el ser humano para preservar su propia supervivencia.
-¿A qué se refiere?
-El día que lleguemos a conocer al 100% cómo funciona el cerebro, seremos capaces de hacer muchas cosas buenas, pero también muchas malas. Controlar la mente, manipularla... cosas que al final pueden llevar a la destrucción. Pero es algo realmente complejísimo. Conocemos poquísimo.
-¿Cuánto se conoce?
-No se sabe. Los neurólogos cada día nos llevamos sorpresas. Cuando queremos estudiar una cosa llegamos a un punto y ese punto te abre otras mil incógnitas. Es como la historia de nunca acabar.
-¿No es algo frustrante?
-No. Una buena investigación es aquella que abre muchas puertas para explorar. Aunque, cuando se habla en términos de curar enfermedades, sí puede ser un poco frustrante. Pero, a la hora de investigar, es fascinante. Hay un autor, el inventor Ray Kurzweil, que dice que en 2049, a la velocidad exponencial a la que avanzan las tecnologías, seremos capaces de reproducir la actividad del cerebro en un chip.
-Da vértigo...
-Kurzweil lo llama el transhumanismo. Tener el cerebro en un chip puede tener aplicaciones cognitivas por si falla la memoria... pero la contrapartida es tremenda.
-¿Cuál sería esa contrapartida?
-Que se pueda manipular la mente, que se creen ciborgs con un cerebro en un chip... Sería terminar con la esencia del ser humano. Pero cuanto más conozcamos el cerebro mejores personas seremos. Tenemos el cerebro precableado para tomar buenas decisiones morales. Luego influye el ambiente en el que te educas.
-¿Cada una de esas funciones se halla en una parte del cerebro?
-No. Para todas estas funciones sí que hay partes del cerebro que son importantes pero el cerebro en realidad funciona como un todo. Levantar un dedo iba implica una oleada de actividad en todo el cerebro. Imagínese lo que implica crear una obra de arte. El cerebro es tan complejo que lo hace fascinante.
-Pero el cerebro se degenera...
-Con la edad hay una pérdida de capacidades cerebrales, de neuronas que afectan a partes del cerebro donde se controla la memoria. Pero se da la paradoja de que, a medida que se envejece, se pierden este tipo de capacidades pero por otra parte se va ganando en sabiduría.
-¿Y cómo se frena?
-Estos días he leído unos párrafos de Cicerón (44 a. C.) sobre eso. Hay que mantenerse activo físicamente e intelectualmente, mantenerse vivo socialmente, cuidar la dieta y comer lo justo. Pero a mí me preocupa sobre todo el alzheimer, que es, y va a ser, una de las grandes epidemias del siglo XXI
Fuente: elcorreodigital.com
