El Día contra la Contaminación Eolectromagnética se celebró ayer. Una jornada que sirvió para que la asociación Ecologistas en Acción, junto con distintas asociaciones vecinales europeas, llamasen la atención sobre "el aumento de la contaminación electromagnética en nuestro país causada por los campos electromagnéticos de baja frecuencia de las líneas eléctricas y subestaciones y transformadores y por los producidos por las antenas estaciones base de telefonía móvil y otras infraestructuras como los sistemas Wifi y Wimax".
El catedrático del departamento de Física Médica de la Universidad de La Laguna (ULL), José Hernández Armas, apostó ayer por el "principio de precaución" en este asunto pues si bien reconoció que no hay ningún "estudio concluyente que pueda relacionar la causa-efecto entre la ubicación de, por ejemplo, antenas de telefonía móvil y la aparición de ciertos tumores", sin embargo ya "existe un reconocimiento unánime de que los campos electromagnéticos ocasionan cambios en las estructuras biológicas". En concreto, se ha descubierto que se genera una modificación de la permeabilidad de las membranas celulares y, además, se produce una diferencia en la velocidad en al que emigran los iones eléctricos que se encuentran en los líquidos orgánicos.
El especialista asegura que, en este punto, "hay algunos expertos que consideran que estos campos electromagnéticos pueden ser los causantes de algunas enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer aunque para poder establecerlo científicamente habrá que esperar varios años". Por este motivo, el experto aboga porque las autoridades -que son las que permiten la instalación de ciertas infraestructuras- respeten el "principio de precaución" e intenten "ubicar las antenas en zonas no pobladas".
Vecinos. En este mismo sentido se manifiestan los grupos ecologistas y el abogado Pedro Fernández quien colaboró con Arturo Méndez del Partido de los Verdes en el caso de los vecinos de Tíncer que lograron que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife desistiera de su intención de permitir instalar una antena de telefonía móvil en el barrio.
Recuerda que ante casos similares "primero hay que acudir a informes rigurosos que permitan determinar el nivel de contaminación existente en algunas áreas".
También insiste en que hay que presionar a las autoridades para que sus normativas locales sean más estrictas como ocurre en Alemania y para que los planes de ordenación del territorio contemplen lugares alejados de las poblaciones para instalar este tipo de antenas.
El médico está conforme con este planteamiento pero recuerda que "las antenas no afectan a los que están debajo del edificio, si están en una azotea, sino enfrente" y añade que "la gente se preocupa mucho de las antenas mientras usa demasiado el móvil que también tiene estas radiaciones".
La ULL mide las líneas del Sur
El catedrático del departamento de Física Médica de la Universidad de La Laguna (ULL) José Hernández Armas explicó que "la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias se ha tomado muy en serio el asunto de la medición de los campos electromagnéticos y ha encargado un estudio a mi grupo de trabajo sobre la línea de alta tensión del Sur de Tenerife". Por ello, hace unos meses este departamento realizó mediciones sobre el terreno de la polémica línea antes de que se pusiera en marcha. De esas mediciones no puede aportar datos porque "son confidenciales" pero, de forma general, puede apuntar que "la radiación que se captó es la misma del fondo". Ahora, una vez que ya la línea de alta tensión esté plenamente instalada "volveremos a realizar una medición para compararla con la anterior y determinar si es recomendable o no prohibir la instalación de viviendas u otras infraestructuras en esa zona". "Lo habitual es desaconsejar la vivienda a menos de 30 metros de una línea de alta tensión", dice el médico.
Fuente: laopinion.es