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Ensayos en pacientes con Alzheimer

La Fundación ACE de neurociencias aplicadas ha abanderado numerosos ensayos clínicos al ser uno de los centros seleccionados para poder aplicar nuevos tratamientos, teniendo una serie de pacientes que cumplen el objetivo del protocolo fijado para el estudio. Para ello, se selecciona a esos pacientes que cumplen los requisitos o criterios focalizados, y se les invita a participar explicándoles que es un ensayo clínico, que supuestos beneficios les puede reportar, que desventajas habrá, las reacciones adversas que pueden darse, e incluso la posibilidad de que alguno de ellos tomen un tipo de fármaco o no, un placebo, o la combinación de ellos.

Estos ensayos son muy seguros por cuanto ya son fármacos comprobados científicamente, y no se pone en riesgo la salud de los pacientes, ya que son fármacos diseñados químicamente para ser eficaces en el organismo humano, pese a ser antes probado en animales de laboratorio. Al final del estudio es posible que salgan beneficios de los que todos o algunos pacientes de Alzheimer puedan beneficiarse y conseguir la diana terapéutica que se busca, como la movilización de la beta amiloide.

Inicialmente los fármacos se prueban en gente joven sana para conocer que dosis podría darse y que reacciones da, y posteriormente se prueba en gente adulta y sana para ver los resultados que da, y finalmente se prueba en muestras muy pequeñas aumentando dosis para comprobar la seguridad, comenta la Doctora Mercé Boada, neuróloga y Directora Médica de la Fundación ACE- Institut Catalá de Neurociències Aplicades de Barcelona.

Hecho esto, se pasa o se diseña un estudio de gran dimensión, con 1000 o más pacientes para ver si hay beneficio terapéutico. Los costes de estas investigaciones son muy elevados y por ello hay incentivos o becas para poder elaborar estos ensayos, ya que la Sanidad Pública no dispone de recursos para hacerlos viables. Se necesita de recursos ajenos para afrontar estos estudios, la esponsorización  de algún laboratorio, y tener en cuenta que son ensayos a largo plazo, que pueden durar unos cinco años y que además es posible que no den ningún resultado positivo, con lo que ni el trabajo ni el dinero invertido han alcanzado sus objetivos.

Todos los pacientes que participan en estos ensayos, y sus familiares, son conscientes de las limitaciones que tienen estos estudios, y pese a que son procesos largos, laboriosos y con poca garantía de éxito, hay que resaltar que generalmente mantienen una actitud encomiable y positiva, lo que redunda en la relación satisfactoria entre médico y paciente.

Fuente: vivirmejor.es

Con la colaboración de