El Hospital Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares, cuenta con la primera unidad multidisciplinar de la región para tratar los trastornos de la deglución, que ha atendido ya a 800 pacientes.
La disfagia o dificultad para tragar afecta al 15% de los mayores de 65 años y se asocia a enfermedades neurológicas y a las derivadas de los tratamientos de cáncer de cabeza y cuello, además de la demencia o deterioro cognitivo.
El trastorno está presente en el 47% de los casos de accidente cerebro vascular, en el 25% de los pacientes con daño cerebral traumático, en un 52% de casos de Parkinson, en 60% de los pacientes con esclerosis múltiple, en hasta un 90% de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, así como en el 80% de los pacientes con Alzheimer.
Integran la Unidad de Disfagia la forman los servicios de otorrinolaringología (ORL), endocrinología y nutrición, y rehabilitación, en un sistema multidisciplinar que permite plantear perspectivas comunes y facilitar un diagnóstico precoz que disminuye las complicaciones severas y reduce la mortalidad.
Además, en esta Unidad el paciente puede ser evaluado de forma integral en el mismo día por profesionales de los tres servicios, evitándole desplazamientos innecesarios al hospital.
La dificultad para tragar suele derivar en desnutrición, deshidratación e infección respiratoria de repetición, producida por el paso del alimento, los líquidos o la saliva a la vía respiratoria, pudiendo ser causa de muerte.
Los síntomas principales de sospecha son la existencia de tos o atragantamiento durante la comida y, aunque muchos pacientes no le dan importancia y no lo comentan en sus consultas médicas.
Es fundamental que los cuidadores informen a los profesionales sanitarios de cualquier sospecha de este síntoma por la grave implicación en la salud del paciente.
Para su diagnóstico y tratamiento se necesita una evaluación clínica y estudios complementarios, como el test clínico de volumen-viscosidad, la videoendoscopia de la deglución y la videofluoroscopia.
Tras las pruebas, también se estudia la necesidad de hacer cambios en la dieta o si, en aquellos casos más severos, el paciente necesitará alimentarse mediante una sonda por nariz o colocada directamente en el estómago.
En caso de dificultad para tragar líquidos, se recomienda espesarlos hasta lograr la consistencia tolerada (néctar o puding).
Se deben evitar alimentos con dobles texturas (arroz con leche) o alimentos que se desmenucen o se hagan pastosos en la boca (pan de molde o croquetas), así como alimentos secos que puedan irritar la boca (frutos secos o pan tostado), y optar por triturarlos una vez cocinados para lograr la consistencia adecuada.
La implicación del entorno familiar es imprescindible cuando se pauta una modificación de la pauta alimentaria, y es especialmente importante en el caso de pacientes ancianos, dependientes o con demencias, recuerda la Comunidad de Madrid en una nota.
Fuente: eleconomista.es