25 mayores utilizan en la actualidad un servicio que permite a las familias conciliar la vida laboral y su cuidado. En el 2009 se cumplirá el décimo aniversario de su apertura
Los usuarios y el personal del Centro de Día y sus familias celebraron ayer una entrañable fiesta de Navidad. Trikitilaris y acordeonistas de Musika Eskola ambientaron una velada de emoción y cariño hacia los residentes en el que no faltaron villancicos, ni la gastronomía típica de estas fechas, y en la que los ancianos disfrutaron de unas horas en compañía de sus dos familias: la de sangre, y la que les atiende de lunes a viernes, de 8.30 a 18.00.
En la actualidad el Centro de Día acoge a 25 mayores oñatiarras en horario diurno. En las instalaciones de la Residencia realizan trabajos manuales, juegos y ejercicios para desarrollar la memoria y la motricidad, comen, meriendan e incluso echan la siesta.
Al atardecer vuelven a sus hogares, con sus familias, que gracias este servicio pueden conciliar la vida laboral, y la atención a sus mayores. «Es vital para nosotros, aseguraban algunos de los familiares porque nos permite estar con ellos sin la dependecia o el estres de tener que cuidarles las 24 horas, lo cual resultaría agotador».
Y es que la cara más oscura del aumento de la esperanza de vida que certifican con regularidad todas las estadísticas se dibuja con crudeza en muchas residencias y hogares particulares. Mayores con la mirada perdida incapaces de valerse por sí mismos, familias desesperadas por los problemas que trae consigo la demencia senil.
Las cifras son claras y hablan de un incremento espectacular de las dolencias asociadas al Alzheimer. Si hace diez años el 26% de las personas mayores atendidas en las residencias de Gipuzkoa presentaban síntomas de demencia, hoy en día el porcentaje se sitúa en el 42%.
En el Centro de Día hay mayores con depencias muy distintas, algunos son moderadas y otras muy severas. «Cada persona es un mundo y tratamos de llegar a él con cariño y respeto. Tenemos tres grupos para desarrollar las actividades programadas dependiendo de su dependencia» explicaba la responsable del centro Itxaro Leibar.
Grados de dependencia
Esperanza Santiago y Gumersilda Beitia, por ejemplo, mostraban ayer un estado físico y mental estupendo y ejercían de anfitrionas de sus compañeros agradeciendo la organización de la fiesta y felicitando la Navidad y el año a todos los presentes. Espe, zamorana de nacimiento, lucía unos espléndidos 86 años y se mostraba encantada del centro y del personal que las atiende. «Mis actividades favoritas son la pintura y tocar la pandereta». Otros compañeros, se mostraban más ausentes, pero pocos eran ajenos a la celebración.
La media de edad de los usuarios es de 88 años. El más joven tiene 67 años y el más veterano 97. En la actualidad, gracias a la ampliación de plazas (antes eran 20) la lista de espera se ha reducido a 7 personas. «No obstante y gracias a que en Oñati no hay lista de espera en el servicio a domicilio, toda familia que necesita ayuda la tiene desde el primer momento» explicaba la concejala de Bienestar Social, Rosarito Galdos.
La oferta asistencial a los mayores se completa con las 83 plazas de la Residencia, las 25 del Centro de Día, 4 viviendas tuteladas y alrededor de 100 familias que utilizan el servicio a domicilio.
Fuente: Diario Vasco