El proceso degenerativo, causado por el estrés oxidativo, que puede producir enfermedades como el alzhéimer, el párkinson y varios tipos de cáncer, se podrá predecir en tres o cuatro años, según los resultados del proyecto Consolider ROSAS (Reactive Oxygen Species and Systems), que ha reunido esta semana a 60 expertos en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
El encuentro estuvo dedicado al estudio de un proceso químico que afecta a las células y que está relacionado con enfermedades neurodegerativas, cardiovasculares, digestivas y con el envejecimiento. Lo explicaron ayer el coordinador del proyecto, Santiago Lamas, del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC; el profesor José Antonio Enríquez, de la Universidad de Zaragoza, y el evaluador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, Bruce Demple, encargado de valorar el estudio.
El estrés oxidativo es una alteración que se produce cuando las mitocondrias --que están dentro de las células-- no son capaces de transformar todo el oxígeno en agua mediante su unión con hidrógeno, lo que se traduce en una acumulación de partículas dañinas para el organismo.
Los expertos señalaron que para evitar un exceso de estrés oxidativo es recomendable realizar ejercicio moderado a lo largo de la vida y sustituir la alimentación basada en la carne por una con predominio de frutas y verduras. No obstante, señalaron que también influye la genética de cada persona. En cuanto a los productos que se anuncian con la etiqueta de antioxidantes, afirmaron que "no hay evidencias de que sean efectivos". Los estudios han revelado que la vitamina C y el vino en cantidades moderadas son positivos para evitar la acumulación en el cuerpo de estas sustancias perjudiciales. Los estudios del grupo de investigación Genoxphos, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Celular de la Universidad de Zaragoza, han permitido entender mejor las mutaciones del AND, raras, incurables y que no tienen tratamiento.
MEJORAR EL DIAGNÓSTICO Los responsables del proyecto explicaron que el objetivo de la investigación es localizar nuevos marcadores que indiquen los niveles de estrés oxidativo para ayudar a los clínicos a predecir el daño. En cuanto se descubran los niveles óptimos se podrá evitar su exceso, que es perjudicial para los seres vivos. Para ello, se realizan experimentos con levaduras, células en cultivo, ratones y muestras sanguíneas de pacientes.
El proyecto trabaja para conocer por qué son necesarios los radicales libres para que las células funcionen bien y cómo inician el proceso dañino después de fracasar su capacidad antioxidante. Los radicales libres tienen una importante función en la señalización celular, pero si se acumulan demasiado, provocan estrés oxidativo y pueden causar daños a las estructuras celulares. Una de las posibles consecuencias de este proceso es que se destruye y se modifica la información genética, lo que facilita el envejecimiento celular y las enfermedad degenerativas.
Fuente: elperiodicodearagon.com