La enfermedad de Alzheimer y la memoria histórica y familiar son los elementos paralelos que han utilizado los directores Albert Solé y Carla Subirana en sus respectivas películas, que han estado nominadas por la recién creada Academia de Cine Catalán.
El premio Gaudí al Mejor Documental se lo ha llevado Solé, por Bucarest, la memoria perdida, que narra la historia de su padre, el ex-ministro de Cultura Jordi Solé Tura, que sufre la enfermedad de Alzheimer. La cinta relata la lucha personal de Solé por recuperar su propia historia. Una batalla contra la enfermedad que acaba progresivamente con los recuerdos de su pasado y la reconstrucción de las vivencias de su padre, un político que jugó un papel importante durante la transición española y que tuvo que vivir en el exilio a finales de la década de los años cincuenta.
El documental Nadar, opera prima, de la directora Subirana, describe la búsqueda de la historia de su abuelo, un personaje que representa una gran incógnita en su vida, ya que de él sabe poco más que su nombre: Juan Arroniz. La abuela de Subirana sufre Alzheimer y, conforme va avanzando la reconstrucción de la historia, los recuerdos se van esfumando. Una lucha contra el reloj y contra la enfermedad que parece que se ha empeñado en favorecer el olvido de la historia familiar enterrada expresamente durante años, y los secretos guardados en tres generaciones de mujeres solas de una misma familia. El espectador desentraña, de la mano de la protagonista, los misterios con la muerte precoz de su abuelo, que fue fusilado en 1940 por cometer tres atracos a mano armada.
La reflexión sobre el deterioro cognitivo y la pérdida de la memoria histórica y familiar son los elementos comunes de las dos cintas que optaban al galardón de la academia catalana y que competían con otras dos películas del mismo género: Cinemacat.cat y La zona de Tarkovsky.
Fuente: diariomedico.com