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El 80% de fármacos para la EA fracasarán

Aunque de los más de cien productos que se encuentran en ensayos preclínicos y clínicos el 90 por ciento fracasará, dentro de unos diez años podría haber un tratramiento que retrasase el avance del Alzheimer.

En 2020 podría haber una medicación que retrase el avance del Alzheimer (EA), ya que hay mas de cien productos en ensayos clínicos y en estudios preclínicos que se dirigen contra distintas proteínas implicadas en esta enfermedad, para la que en la actualidad únicamente existen fármacos sintomáticos que sólo alivian un poco a los pacientes.

Así lo ha señalado el catedrático de Farmacología Clínica de la Universidad Autónoma de Madrid, Antonio García, que ha dirigido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de Santander, la Escuela de Farmacología Teófilo Hernando sobre Enfermedades Neurodegenerativas. En la cita también ha participado como ponente Rafael Blesa, director del Servicio de Neurología del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona.

El catedrático madrileño ha explicado que lo más probable es que el 80 ó el 90 por ciento de esos estudios sobre el Alzheimer fracasen, pero que, "en la medida en que se conoce más de la enfermedad, también se irá restringiendo la diana y es posible que finalmente se acierte". Los tratamientos en uso para la EA son, sobre todo, de tipo sintomático y su eficacia es transitoria: "Paliar los síntomas de la enfermedad es importante, pero lo es más evitar la muerte neuronal, es decir, producir neuroprotección farmacológica", ha añadido.

Razón de las anomalías
Por su parte, Blesa ha hecho especial hincapié en que el Alzheimer es una suma de enfermedades distintas, que se caracterizan "porque depositan proteínas en el cerebro de forma anormal, condicionadas por la genética, mecanismos desconocidos y el paso de los años, por lo que cuando se mezclan se empiezan a producir las anomalías".

El neurólogo catalán ha querido dejar claro a su paso por la UIMP que la EA "no se va a curar, porque no es como una infección a la que das un antibiótico y desaparece. Pero aspiramos a ser capaces de modificar el curso de la enfermedad y de los síntomas, para que el paciente no siga empeorando".

Ambos ponentes han destacado, igualmente, la importancia del diagnóstico precoz para que los especialistas puedan detectar la enfermedad "antes de que se produzca el deterioro cognitivo del paciente". El director del Servicio de Neurología del hospital barcelonés ha recalcado que la investigación en los últimos años se ha basado en averiguar cómo alcanzar la "fiabilidad diagnóstica en pacientes que tienen síntomas, pero que no están tan deteriorados como para llegar a la fase de demencia".

En este sentido, el neurólogo se ha referido al uso de distintas técnicas como, por ejemplo, la resonancia magnética, que permite localizar zonas del cerebro donde comienza a producirse una atrofia selectiva del hipocampo, o la neuroimagen funcional o molecular a través de la tomografía de emisión de positrones.

También ha recalcado que el uno por ciento de la población padece EA, y que en España hay alrededor de medio millón de personas afectadas. Por último, Blesa ha matizado que se trata de una enfermedad que a partir de los 85 años padecerá más del 30 por ciento de la población, un porcentaje aún mayor en mujeres: "A partir de los 85 años, más de la mitad presentan Alzheimer".

DIEZ AÑOS DEVASTADORES
Rafael Blesa y Antonio García han recordado en el curso de la UIMP que, tras el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, el Alzheimer ocupa el primer puesto en cuanto a gasto sanitario, aunque el coste social es mucho mayor que el económico. "Un enfermo de Alzheimer rompe la estructura de la familia, creándose una situación devastadora, pues desde que se diagnostica la enfermedad hasta que fallece vive un promedio de diez años, mucho tiempo para los cuidadores, que se estresan, pierden su vida social y su calidad de vida", han resumido.

Fuente: dmedicina.com

Con la colaboración de