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Diez alimentos que dañan tu cerebro

Este órgano requiere de alimentación sana para funcionar correctamente

El ejercicio físico y mental, tener buenos hábitos y ser positivo, ayudan a nuestro cerebro a mantenerse sano y a reducir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como las demencias al envejecer.

Sin embargo, hay otro elemento que es fundamental para la salud cerebral y que muchos no toman en cuenta: la alimentación.

Así como necesitamos comer sanamente para tener un adecuado peso y buena salud, el cerebro requiere una dieta balanceada que le ayude a trabajar mejor o de lo contrario, sufrirá distintos problemas.

No consumir alimentos sanos, puede acelerar el envejecimiento y perjudicar el funcionamiento del cerebro. ¿Cuáles son los más dañinos? A continuación te lo decimos.

Todo lo frito

Al cocinar, el aceite vegetal se convierte en grasa saturada que provoca que el colesterol se coloque en las arterias. El aceite de girasol es el más tóxico de todos.

Ingerir este tipo de alimentos provoca la destrucción lenta de las células nerviosas del cerebro, lo que deteriora la capacidad de aprender y formar nuevos recuerdos.

Azúcares

Consumir azúcar provoca que a largo plazo se presenten problemas neurológicos y de memoria.

Un estudio  publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), afirma que consumir entre 17 y 21% de calorías de azúcar, aumenta el riesgo de morir por enfermedad cerebrovascular.

Comida rápida

Este tipo de comida modifica el cerebro y provoca síntomas similares a la abstinencia, como ansiedad y depresión.

De igual manera afecta la producción de dopamina, hormona que interviene en la capacidad de aprendizaje, motivación y memoria.

Alimentos procesados

Estos productos están repletos de azúcares, fructosa, sodio, aceites hidrogenados (conocidos como grasas trans) que dañan severamente al cerebro.

“Los alimentos procesados y los alimentos que son hiper-alergénicos pueden dañar la salud del cerebro”,  indica Brandon Mentore, especialista en nutrición deportiva.

Asimismo, incrementa el riesgo de padecer una enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer y también afecta el sistema nervioso central.

Grasas trans

El alto consumo de grasas trans, se ha relacionado con la contracción del cerebro, indica un estudio de la  revista Neurology.

“Las dietas altas en grasas trans aumentan el beta-amiloide en el cerebro, que se asocia con la enfermedad de Alzheimer, indica el nutricionista Tori Holthaus.

Además de estos efectos, las grasas trans ralentizan los reflejos y la capacidad de respuesta cerebral, e incrementan el riesgo de sufrir un derrame.

Cafeína

Aunque es buena para que el cerebro esté alerta, también lo puede dañar si se toma en altas cantidades.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos señala que consumir más de 600 miligramos de cafeína al día puede provocar dolor de cabeza, ansiedad y trastornos de sueño, así como alucinaciones, confusión y en casos extremos la muerte.

Fructosa

La fructuosa obstaculiza el funcionamiento de las células del cerebro y su capacidad de almacenar la energía necesaria para procesar el aprendizaje y los pensamientos.

Sal

Ingerir sal en exceso afecta la inteligencia porque perjudica la capacidad para pensar.

Una investigación publicada en la revista Neurobiology, señala que las dietas altas en sodio se asocian a mala salud vascular, lo que a su vez disminuye la función cognitiva.

Edulcorantes artificiales

Los componentes de los edulcorantes, pueden provocar daños cerebrales y problemas en la capacidad cognitiva si se consumen por mucho tiempo y en altas dosis.

Alimentos con glutamato monosódico

Este componente también conocido como GMS, es comercializado por la industria alimentaria como un protector del sabor debido a que equilibra y resalta el matiz de otros sabores. La cocina asiática es quien más lo utiliza.

De acuerdo a estudios presentados por la Administración de Alimentos y Medicamentos, este componente daña las células nerviosas del cerebro, lo que deriva en enfermedades como la de Huntington o el Alzheimer.

Consumirlo en altas dosis también puede generar dolor de cabeza, fatiga, obesidad, depresión y desorientación.

Fuente: http://sumedico.com

Con la colaboración de