Hace unos días se celebró el Día Mundial del Alzheimer, una efemèride instaurada por la OMS en 1994 ' para que, al menos una vez al año, nos acordemos de un mal que afecta a más de 26 millones de personas en el mundo, que ha sido bautizado como la "epidemia del siglo XXI".
Además de las repercusiones sanitarias y sociales que tiene esta enfermedad, no hay que olvidar tampoco la dimensión económica que conlleva, tanto para el conjunto del Estado como para las familias que deben enfrentarse a ella. Y en este marco, la situación de crisis económica en la que .estamos inmersos plantea algunas incertidumbres a las que se deberá dar respuesta.
Para empezar, el propio Secretario General de Presupuestos del Ministerio de Economía y Hacienda anunció este verano que el gasto en materia de dependencia iba a congelarse en 2010, aunque pocos días después tuvo que rectificar sus palabras ante el revuelo generado. Sin duda, el pleno desairólo de la Ley de Dependencia y la atención a quienes deben beneficiarse de ella tiene mucho que ver con los fondos que se destinen puesto que, como se ha recordado en innumerables ocasiones, una buena norma puede ver mermados sus logros si no está acompañada de los recursos necesarios para ponerla en marcha.
El reciente debate sobre la financiación autonómica ha dejado en el aire también algunas dudas, puesto que son muchos quienes afirman que las Comunidades no contarán con recursos suficientes para atender servicios como la atención a las personas dependientes. Y a esto se une la permanente discusión sobre la financiación local, puesto que los problemas financieros que están atravesando los Ayuntamientos están frenando también la aplicación de los programas de asistencia a domicilio y de teleasistencia, cuyas competencias gestionan.
No hay que olvidar, además, que la escasez de plazas públicas en los recursos destinados a personas dependientes, unido a las dificultades que pueden estar pasando muchas familias por culpa de la crisis, hacen que muchas de ellas no puedan afrontar el mantener a un familiar enfermo en un centro privado. De esta forma, la atención a los afectados por demencias tan severas como el Alzheimer se ve abocada a llevarse a cabo en el ámbito familiar, con las consecuencias que ello conlleva para la salud y calidad de vida de los propios cuidadores, por lo que se deben redoblar los esfuerzos para que el nivel adquisitivo de las familias no condicione el acceso a estos recursos asistenciales.
Por otro lado, otra de las consecuencias perniciosas de la crisis sobre este sector tiene que ver con el retraso en los pagos por parte de las administraciones con respecto a las plazas o servicios que tienen concertados con la iniciativa privada Varias patronales han alertado ya de que estos retrasos, de muchos meses en algunos casos, están poniendo en peligro la supervivencia de muchas residencias y, por tanto, de muchos puestos de trabajo. Y en este ámbito, desde el sector no se reclama ninguna prebenda, ni tampoco ninguna línea directa de ayudas o subvenciones, como está ocurriendo en otros ámbitos, sino tan sólo de que se atiendan esos pagos de una forma adecuada y en un plazo razonable, permitiendo así el desarrollo normal de la actividad. Desde la aprobación de la Ley de Dependencia, e incluso mucho antes, la iniciativa privada ha dado muestras más que suficientes del compromiso que tiene con los poderes públicos en la construcción de centros y en la puesta en marcha de servicios para atender a las personas mayores y dependientes, como quienes están afectados por el mal del Alzheimer. Se han creado miles de plazas y se han generado miles de puestos de trabajo, con unos niveles de inversión económica muy altos. Somos un sector generador de empleo que puede estar aliviando las cifras de paro que tenemos en la actualidad.
De hecho, las previsiones hablan de que la ley de dependencia genere más de 350.000 empleos directos en los próximos años. Ante la celebración del próximo Día Mundial del Alzheimer, y en el marco de la crisis económica que estamos atravesando, es momento de que todos aunemos esfuerzos para disipar las incertidumbres que siguen planeando sobre este sector, pensando sobre todo en el beneficio de las miles de personas que necesitan de apoyo social y de una red de servicios acorde a sus necesidades.
Fuente: spypres.com