Un consorcio internacional de científicos en el que se integra un equipo de españoles dirigido por Carlos López Otín, de la Universidad de Oviedo, presenta esta semana la secuencia del genoma del ornitorrinco en la revista Nature. El material genético de esta especie, que confirma su situación evolutiva entre mamíferos y reptiles, ayudará a los científicos a avanzar en el conocimiento de la evolución humana y a entender la mayor susceptibilidad del ser humano a enfermedades como el Alzheimer o el cáncer.
En el trabajo, en el que han colaborado 30 laboratorios de ocho países, se han analizado 2.000 millones de pares de bases del ADN de una hembra de ornitorrinco llamada Glennie. El análisis ha identificado más de 18.000 genes que codifican proteínas, de los que el 80 por ciento son comunes a mamíferos, reptiles y aves.
El ornitorrinco pertenece al orden de los monotremas, mamíferos con reproducción ovípara, sin casi familiares cercanos vivos sobre la Tierra. Esta especie tiene muchas características que son únicas de los mamíferos como por ejemplo el pelo que cubre su cuerpo y que dan de mamar a sus crías. Sin embargo, la especie también muestra características de reptil, ya que las hembras ponen huevos y los machos producen veneno. Algunas características, como un sistema especializado en su pico que utiliza la electricidad para detectar comida debajo del agua, son únicas de los monotremas.
El trabajo ha desvelado algunas de las características genéticas de estas peculiaridades de la especie. Así, su capacidad para producir veneno se debe a la presencia en el genoma de las defensinas y genes similares a los de los reptiles. Los receptores olfativos y los genes del sistema inmune han sufrido una expansión que les hace superar en número a los de otros mamíferos.
Fuente: diariodemallorca.es