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"Ahondar en la carga afectiva debe evitar depresiones en el alzhéimer"

"Las familias que cuidan a pacientes deben sentirse apoyadas en las etapas avanzadas, cuando el enfermo se siente solo en casa"

La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco) comenzó ayer su V Plan de Formación Continua en Demencias, en el que este año incorpora a las jornadas a los cuidadores familiares. La eficacia de las terapias no farmacológicas, las estrategias de comunicación entre enfermos y cuidadores y el impacto social y económico del alzhéimer son otros aspectos que tratarán las ocho sesiones del plan en la Biblioteca González Garcés

Afaco, la asociación que reúne y asesora a afectados por alzhéimer y a sus familiares, inició ayer su quinto plan de formación continua en demencias, un programa en ocho sesiones que este año añade el enfoque familiar a la perspectiva profesional sobre la atención a los enfermos con herramientas y conocimiento útiles. Elena Viqueira, psicóloga y directora técnica de Afaco, insiste en la necesidad de mantener activo a los pacientes " física, cognitiva y socialmente".

-¿Qué hay que explicar o recomendar, que no sepan aún, a los familiares que vayan a ser cuidadores de enfermos?

-Depende del momento de la enfermedad en que se encuentren los pacientes. El nivel de información con el que llegan las familias ha cambiado mucho y en Afaco he vivido esta evolución. Hace 15 años los familiares venían pidiendo información básica y ahora ya vienen con un conocimiento general más claro, incluso mediante artículos científicos especializados. Luego hay que adecuarlo a cada caso.

-Respecto a lo que desconozcan, ¿en qué hay que insistir?

-Es muy mala la desinformación, pero también es malo anticiparse a lo que pueda venir en fases más avanzadas del alzhéimer. Nosotros orientamos los casos con atención a la persona y a la familia. Las necesidades de uno y de otra son diferentes y es tan importante trabajar con los enfermos como con sus familias. Las familias deben tener una correcta orientación de su propio caso, conocer por qué se producen las alteraciones de conducta y cómo intervenir, lo que puede reducir el consumo de fármacos y, por tanto, los efectos secundarios. Y eso repercute en la evolución de la enfermedad.

-¿Hay aspectos que los familiares descuidan y conviene tener más presentes?

-A las familias les preocupan las alteraciones conductuales, el modo en cómo cambia el carácter del enfermo, y quieren comprender por qué se enfada más. O los trastornos en la conducta sexual, un aspecto añadido a las sesiones del plan de formación a sugerencia de algunas familias. Son aspectos que conviene normalizar. Los talleres van a ser muy prácticos, desde la propia vivencia, aunque haya cuestiones difíciles de tratar en la práctica.

-¿Qué se le debe decir al cuidador en el momento en el que inicia la atención al enfermo?

-Que nos dibujen la situación: cómo los enfermos estructuran su día a día, cómo se organiza el cuidado, dónde se advierten los principales problemas que surgen. Que nos cuenten su rutina diaria, si duermen bien o las expectativas que tienen. Siempre recomendamos empezar los tratamientos de estimulación lo antes posible: desde el programa Actívate para personas diagnosticadas con alguna demencia en un estado inicial, con tres días a la semana dos horas en los centros de atención, y después que vean al familiar cuidador como un acompañante más en el proceso.

-¿Qué dificultades frecuentes se encuentran las familias?

-En los estadios iniciales e intermedios aparecen problemas de trastornos de conducta y en los más avanzados, de cuidados básicos y enfermería, como qué hacer para prevenir la aparición de úlceras o la movilización del enfermo; en estas fases interviene la figura del fisioterapeuta, que se incorpora en los planes de formación. La familia se tiene que sentir apoyada en las etapas avanzadas en las que el enfermo ya no viene al centro y se encuentra muy solo en su casa.

-¿Por dónde pasan lo que ustedes llaman estrategias de comunicación con el paciente?

-Es un tema fundamental. A los pacientes que más veo sufrir son los que tienen alteraciones del lenguaje, a los que no les salen las palabras ni son capaces de verbalizar sus ideas. Hay que trabajar el lenguaje cuando el paciente aún lo mantiene. Pero no solo eso. Antes se pensaba que lo que había que estimular más es la memoria. Ahora se ve que la memoria no es la única área afectada, ahora hay que ahondar en la carga afectiva para evitar síntomas depresivos y en el mantenimiento de las habilidades sociales.

-¿En qué consisten las terapias no farmacológicas?

-Es lo mismo que mantener al paciente activo y estimulado física, cognitiva y socialmente. Desde el año 2000 se aceptan los estudios que avalan el uso de estas terapias en las demencias.

Fuente: laopinioncoruna.es/coruna

Con la colaboración de